miércoles, 12 de mayo de 2010

CUENTO DE FEBRERO


Corría un tiempo de tragedia y dolor, nadie tenía derecho a expresar lo que pensaba. Todo el mundo debía obedecer al régimen.

Emisoras e radio; determinados comentarios, libros, algunas de esas cosas estaban prohibidas en aquella época.

El escritor, Gustavo, vivía en un pequeño cuartillo escondido en un armario en la casa de su hermana. Él estaba buscado por la policía; a causa de sus ideales. A él le encantaba escribir y, puesto que no tenía otra cosa que hacer; mataba el tiempo dedicándose a ello.

Su hermana trabajaba en un pequeño tenderte vendiendo ropa interior. Ahora mismo estaba atravesando una época de hambre, pues casi nadie se paraba a comprar.

Un día, cuando estaban comiendo, Gustavo tuvo una idea:

- ¡Eugenia! ¿A ti que te parecería vender mis libros?

- ¡Pues no sería mala idea! Pero tu sabes que tus escrituras están prohibidas y yo correría peligro.

- Cierto. Bueno ya se nos ocurrirá otra cosa para darnos de comer.

A la mañana siguiente Eugenia le dijo a Gustavo:

- Gustavo; he estado toda la noche pensando y podríamos usar mi tenderete como tapadera. Podríamos formar parte del mercado negro.

- Esa idea me gusta. Pero habría que ir transmitiendo el mensaje.

- De momento yo ya he hecho un cartel para atraer a la gente a comprar, mira este es:

- POR LA COMPRA DE TRES BRAGAS REGALAMOS UN LIBRO.

- ¡ Buena idea! Así a la gente le entraran ganas de comprar.

Transcurrido el tiempo el hilo del tenderete llegó a oídos de todas las personas con los mismos ideales que el escritor Gustavo.

Su vida mejoró lentamente; hasta que un día los guardia registraron el tenderete y encontraron diversos artículos y libros prohibidos. Minutos más tarde registraron su casa. A ambos hermanos los encarcelaron.

Les sentenciaron a pena de muerte. Acabaron muriendo en la soledad y nadie lamentó su pérdida debido a que no tenían familia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario